Los expositores amanecemos temprano, a partir de las 9:30 de la mañana ya podemos ir llegando al Centro de Arte de la Laboral, para comenzar a montar y decorar nuestros puestos.
Intento no llegar más tarde de las 10 (a veces me cuesta, porque me he pasado gran parte de la noche anterior con los últimos preparativos y cosas de última hora... lo admito la organización y planificación de las ferias no es lo mío, siempre me pilla el tiempo y llego al mercadillo con apenas 4-5horas de sueño en el cuerpo, soy así, aunque espero ir cambiando esta faceta desmadejada de mi vida).
Me recuerda un poco al día de navidad, hay nervios, sonrisas y todos llegamos cargados de muchísima ilusión. Saludo a mis compañeras y compañeros, y empiezo a buscar mi post-it, para saber el lugar que los organizadores me han asignado. En mi caso es bastante fácil encontrarme, estaré casi con total seguridad en un rinconcito de la parte de abajo, junto al baño. Tras años participando, edición tras edición, me siento como en casa :)
Con calma, voy sacando todo lo que llevo en la maleta y las bolsas (intento ir cada vez menos cargada, pero no se que pasa, que me ocurre todo lo contrario... misterios) y lo voy distribuyendo por la mesa. Nunca planifico la decoración del stand, no pruebo en casa la organización, pero si que visualizo mentalmente como espero que me quede, me dejo llevar por el momento y voy colocando y cambiando, moviendo los objetos y las piezas hasta que siento que todo queda en armonía y que se ve bonito. Este proceso me lleva varias horas, el Mercadillo abre al público a las 12:30 y rara es la vez que llegado el momento ya lo tengo todo listo, aunque en esta ocasión si que lo conseguí, se ve que la práctica ayuda.
Cuando termino, me siento detrás del stand esperando con ilusión las visitas y las compras. Sonrío a todos los que se paran en mi puestito, saludo timidamente, no quiero incomodar, cuando voy de compras no me suele gustar que me atosiguen, aunque lo hagan con buena intención, así que intento dejar que los visitantes miren tranquilamente, sin sentirse presionados. En ocasiones, si veo un interés especial invito a que se prueben y toquen las piezas sin miedo.
Cada vez que vendo algo, en mi interior doy un pequeño salto de júbilo y grito "wiii", me pongo muy contenta, me hace muchísima ilusión que de entre todos los puestos preciosos que me acompañan, llenos de cosas bonitas, alguien elija adquirir una de mis piezas.
Durante todo el fin de semana se van sucediendo anécdotas e historias para recordar, la chica que viene a comprarle el amigo invisible para su mejor amiga, gente que me sonríe y dice que le parece precioso lo que hago, clientas bonitas que repiten en cada edición, una chica y su madre que me piden permiso para saludarme, se declaran fans y me confiesan que me siguen en todas mis redes sociales, los niños que van stand por stand coleccionando nuestras tarjetas... y la que en esta edición me puso el corazón especialmente blandito: el chico que da esquinazo a su chica mientras ella se queda mirando otro puesto, y nervioso me pide que le envuelva una pulsera Infinity sin que se de cuenta, me encanta ser su cómplice, momentos después y a escasos metros, el chico la sorprende con el regalo, la sonrisa de ella ilumina la mirada de él y ambos se funden en un romántico beso...
historias anónimas que hacen que lo que hago merezca la pena.
G R A C I A S
historias anónimas que hacen que lo que hago merezca la pena.
G R A C I A S
Todas las fotografías de este post, pertenecen a la organización del Labshop, quienes están pendientes de que no nos falte de nada, de que todo funcione bien, y sin los que este mercadillo tan bonito no sería posible, gracias M y L !
Besines
¡Espero que te fuera estupendamente! Muy bonito y muchísima gente. Súper animado!!!
ResponderEliminar